Desde hace cinco años y gracias a la pasión de Carlos de
Mercado Calabajío llevamos haciendo de forma habitual el Roscón de Reyes en nuestra casa. Cuando entras en ésta pasión no la dejas jamás, desde los primeros experimentos en los que ves que el roscón comercial (ante la falta de confianza del propio) se queda en la bandeja cuando el tuyo se acaba, y al final año a año ves como ya no haces uno sólo, sino que esto empieza a ser una mini cadena de producción de roscones, para alegría de Iberdrola ya que el horno no para.
Desde que han diagnosticado a nuestra hija Enma como celiaca, una de los primeros comentarios por parte de mi mujer fue, "pues éstos reyes te toca hacer el roscón sin gluten".
Desde que estamos en este mundo de sin gluten me ha encantado el blog de
Famalap recomendado por una de las tiendas que acudía mi mujer habitualmente
Horneando Deseos y sobre todo el primer manual que leí para hacer pan de
Mamafermenta en la que hablaba del psyllium y su fijación en vez de aplicar recetas de sin gluten, adaptar recetas glutonianas al mundo sin gluten, con lo que me he abstraído de todas las recetas sin gluten y he partido de cero.
Esta entrada del blog son los experimentos que voy realizando para tratar de adaptar la receta de
Mercado Calabajío al que agradeceré eternamente que nos creara esta pasión, y que por cierto Lola tiene que sufrir de momento las fotos de los experimentos.
De momento la receta que más se va acercando al roscón glutoniano es la siguiente. Las proporciones son para un roscón de medio kilo.