Desde hace mucho tiempo hacemos en casa el bizcocho de zanahoria, desde que lo probé por primera vez y me encantó su sabor, pero claro, siempre había sido con gluten. Por lo que ahora me he lanzado a hacer la misma receta, pero adaptándola y haciendo su versión sin gluten para que la pueda comer nuestra hija Enma que le encanta la zanahoria! y además, es una golosilla!, aunque sinceramente tampoco tiene un sabor tremendo a zanahoria, puesto que al ir con especias su sabor es muchísimo más variado en el paladar. Es un bizcocho diferente al resto, su sabor es una maravilla y es ideal para aquellos que no les gusten tanto las cosas excesivamente dulces, ya que tiene un ligero toque salado, por decirlo de alguna manera. Eso si, es muy esponjoso.
El carrot cake es famosísimo en USA y uno de los más consumidos también en Europa, junto con el Red Velvet. Son de esas recetas que si quieres quedar bien y sorprender a algún invitado, créeme, no defraudarás. Prometo ponerme otro día a hacer la adaptación del Red Velvet y poder publicarlo para quién quiera lanzarse a cocinarla!.
Siempre hemos hecho la receta de nuestro amigo Carlos Dube, de Mercado Calabajío, ya que su sabor es sensacional, lo único que he hecho alguna modificación. En alguna ocasión lo he utilizado para hacer tarta de zanahoria con frosting de queso (cobertura) en lugar de bizcocho simple, así que para esta entrada he hecho ambas.
En el post de Mercado Calabajío utilizan moldes redondos desmontables de 16-18 cms, para hacer el layer cake, pero yo en este caso he utilizado un molde de la marca Nordic Ware comprado en María Lunarillos y otro de Wilton alto para hacer la tarta, luego he cortado las diferentes capas (lo he cortado en 3 pisos iguales), ya eso es a gusto del consumidor.
Espero que os guste!
Ingredientes para el bizcocho:
350 grs. zanahorias peladas y ralladas, 280 grs. totales de harina los cuales he divido en 90 grs. de almidón de yuca dulce, 90 grs. de harina de arroz y 100 grs. de almidón de maíz, 4 huevos medianos, 150 grs. de azúcar blanco, 150 grs. de azúcar moreno, 250 grs. de aceite suave (he puesto el 70% de aceite de girasol (175 grs.) y el 30% de aceite de oliva virgen extra (75 grs.)), 1 cdta. canela molida, 1 cdta. de jengibre molido, 4 clavos de olor molidos, 1 cdta. de esencia de vainilla (la he utilizado en pasta, pero también se puede utilizar líquida), 1 cdta. de bicarbonato, 2 cdtas. de impulsor tipo Royal, 1 cdta. de sal y 1 cdta. de goma xantana. Cdta. = cucharadita.
Empezamos pelando las zanahorias y rallándolas, las dejamos reservadas para más tarde con un poco de zumo de limón, aunque esto último es totalmente opcional, sólo le da un pequeño toque ácido al bizcocho.
Después ponemos en un bol todos los productos secos, es decir, las harinas, las especias, la sal y los gasificantes y reservamos.
Por otra parte ponemos en otro bol los 2 tipos de azúcar y los huevos y con el accesorio de varillas los ponemos a blanquear, aunque no es necesario que monten, sólo que adquieran el aspecto blanquecino y cuando salgan burbujitas de aire ya estaría listo. Lo he hecho en una batidora de pie fijo tipo Kitchen Aid a velocidad alta.
Una vez esté listo cambiamos al accesorio mezclador y mientras la batidora está en funcionamiento, le vamos añadiendo poco a poco los ingredientes secos.
A continuación añadimos la esencia de vainilla, las zanahorias ralladas y por último vamos añadiendo el aceite al hilo sin dejar de mezclar.
Mientras ponemos a precalentar el horno a 180 grados y echamos en los moldes, (previamente engrasados con un poco de mantequilla y almidón de maíz), la mezcla del bizcocho.
Se pone a calentar en el horno a 180 grados con calor arriba y abajo durante unos 40 minutos aproximadamente, aunque siempre dependerá de la potencia de nuestro horno. Mi consejo es que siempre os pongáis un tiempo de unos 32 minutos y empecéis ahí a comprobar con un palito la cocción del bizcocho, si pincháis y no salen miguitas es porque ya está perfecto. En este bizcocho es muy importante que no se pase de cocción!. Y pasado el tiempo, el resultado es:
Si queréis hacer la versión tarta con frosting, necesitaréis lo siguiente para poder realizarlo:
Ingredientes para el frosting:
300 grs. de queso para untar tipo Philadelphia (no light), 300 grs. de nata para montar 35% MG, 250 grs. de azúcar glass (he utilizado Icing Sugar porque es más fina incluso que el azúcar glass, pero sólo sueles encontrarla en tiendas especializadas. No te preocupes si no tienes ninguna cerca, el azúcar glass te sirve sin problema en este caso, estoy acostumbrada a utilizar el Icing Sugar para hacer el buttercream de los cupcakes y es cuestión de gusto nada más) y 50 grs. de mantequilla pomada.
Después, en otro bol, ponemos a mezclar el queso Philadelphia junto con la mantequilla en pomada y una vez estén bien integrados añadiremos el azúcar glass. Cuándo lo tengamos todo mezclado le iremos poniendo a nuestro bol poco a poco la nata montada con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes se hayan unificado y ya tendremos listo el frosting.
El bizcocho de la tarta si lo habéis hecho en moldes individuales, sólo tendríais que ir montando la tarta con una capa de bizcocho, una capa de frosting generosa, otra de bizcocho, otra de frosting y así hasta terminar vuestras capas de bizcocho (generalmente con la cantidad de ingredientes que os he facilitado y si lo hacéis en moldes de unos 16-18 cms os saldrán 4 capas de bizcocho). Y para decorar la tarta por fuera también os sobrará frosting suficiente. Las Layer Cake suelen ir cubiertas con el frosting alisado por toda ella, pero lo bueno de todo esto es que la imaginación la tenemos para algo, así que... Imaginación al poder!!!!. Mi decoración ha sido...
Espero que os animéis a hacerla y que, sobretodo, os encante tanto como a nosotros!!!!!. UMMMMMM!!!
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