domingo, 27 de marzo de 2016

Rosquillas de la abuela sin gluten

En Semana Santa en mi pueblo, y en el de todos, es tiempo de cocina y postres tradicionales. En mi casa normalmente, además de las Torrijas, se hacen Retorcíos, que son como unos pestiños, que se fríen envueltos en una caña, quedando de forma en espiral y Rosquillas.

Como primer año como celíacos, no he tenido, ni las ganas, ni el tiempo para poder "Desglutinar", las tres recetas, y de momento, sólo hemos aportado ésta receta, pero tratando de guardar toda la esencia que tiene la receta.

Mi pueblo es Los Alares de los Montes (Toledo), está dentro del Parque Nacional de Cabañeros, el Ayuntamiento está a 32 kilómetros, por una carretera de montaña, y no tiene pueblos excesivamente cerca. Con lo que las recetas de los postres no han tenido una excesiva evolución y se guarda la esencia de casa en casa. Lo mejor es eso, pasarse casa por casa a probarlas, y siempre te ofrecerán, aunque estés a reventar, te van a ofrecer y tienes que comer.

Para tratar de adaptar este tipo de recetas a nuestras costumbres, primero debemos de armarnos de paciencia, ya que si la vemos escrita sería algo así: "...por cada huevo, dos cascarones de zumo de naranja, uno de aceite tostado, y uno de azúcar, un sobre de armisén y harina la que coja...". Vale, mama, y en castellano?.... jajaja...

Otra de las tradiciones de mi pueblo es el uso del Armisén.

Armisén, junto con el Tigre, es una de las marcas más tradicionales de gaseosillas de nuestro país, la distribución en la actualidad es bastante reducida, y encontrarla no es fácil, pero el día que la vemos es como si apareciera un tesoro. Realmente no creo que haya mucha diferencia entre una y otra gaseosilla, a lo mejor el contenido por sobre, pero ya que teníamos la posibilidad, pues lo hemos utilizado, la alternativa, pues la levadura química (tipo Royal), realmente la composición es muy semejante, pero con un cierto aroma. No creo que sea significativo el uso indistinto de uno u otro. El enlace es de una entrada de su blog de Webos fritos, que explican en más detalle la composición, proporción y uso de las mismas.

Y el resultado?, estamos muy contentos, primero porque a nuestra celiaquina, le han encantado, y segundo porque ha quedado mejor de lo esperado, aguantan bastante tiempo blandas (han estado una semana en un recinto tapado y se han conservado bien) creo que con el par de tuneos que os indicaré resultarán imprescindibles año tras año.



Ingredientes (para unas 24 rosquillas). 

Cuatro huevos tamaño L, 100 gr. Aceite de Oliva suave,  200 gr. Zumo de naranja, Ralladura de 1 limón y 1 naranja, 4 sobres de armisén, o casi un sobre de levadura química (tipo Royal), 700 gramos de mix casero de harina de repostería (en mi caso 250 gramos de harina de arroz, 200 gramos de almidón de maíz, 200 gramos de almidón de yuca dulce, 50 gramos de fécula de patata), 14 gramos de goma xantana (2% de la harina), 150 gramos de azúcar, una pizca de sal,  se puede añadir algún aroma adicional, (anís dulce, agua de azahar, ron añejo, ... eso si, siempre con moderación para que no desentone).

Para decoración azúcar y canela.

Respecto a las cantidades os cuento cómo he adaptado las proporciones, así en el caso que se desee más o menos cantidad, o en función del tamaño de los huevos, se calculan el resto de ingredientes.

Batimos el huevo y pesamos la cantidad resultante, en este caso he blanqueado el huevo, pero tradicionalmente en las casas no se hace, se bate bien y listo. La cantidad de peso resultante ha sido 200 gramos y esa es la referencia para el resto de cantidades.


La proporción es la misma cantidad de zumo y huevo y la mitad de esa cantidad de aceite de oliva, y de azúcar, aunque de azúcar añadimos un poco más y la harina la que te coja la masa, jejej...

Pesamos el zumo de naranja, en este caso he añadido 50 gramos de leche, pero pienso que no le favorece nada, más bien le produce que se endurezca la masa, además se me fue un pelín de peso. Mejor todo zumo de naranja.


Pesamos el aceite de oliva suave, en algunas casas se fríe ligeramente, cáscara de naranja y de limón, yo pienso que no le aporta nada en especial y prefiero usar la ralladura.



Juntamos todo en un bol y vamos añadiendo la harina, la ralladura, el azúcar, y en el caso que queráis los aromas (anís, ron, etc...).  Lo dicho, la harina yo he partido de 500 gramos y he ido añadiendo de 50 en 50 gramos hasta conseguir una masa manejable, es preferible añadir la harina tamizada, ya que facilita que se formen grumos y se reduce el trabajo. En mi caso la cantidad ha sido 700 gramos, con lo que será semejante la proporción. 

Una vez mezclado añadimos el armisén, (un sobre doble por cada huevo), y la goma xantana (2% del peso de la harina), y seguimos mezclando hasta que integre bien. 


Dejamos reposar la masa tapada con un trapo húmedo durante media hora.

Cuando nos pongamos a hacer la masa, es recomendable la ayuda de alguien, si estáis solos,  pues no os queda más remedio que hacerlo de ésta forma. En el caso que tengáis ayuda, una persona estará encargada de hacer las rosquillas y la otra, en freírlas. 

En mi caso, hice primero las bolas, de unos 30 gr. de peso cada una hasta acabar la masa, y luego se junta una con otra, se aplasta un poquito, y se les hace un agujero en el medio con el dedo y se agranda el agujero poco a poco. Las manos deben de estar engrasadas con aceite suave para evitar que la masa se pegue en las manos. 






Las freímos en abundante aceite templado, se puede mezclar aceite de oliva y de girasol, en mi caso que no me gusta nada el aceite de girasol, las he frito en aceite de oliva suave, no debe de estar muy fuerte, porque se quemarán por fuera y quedarán crudas por dentro, yo lo he tenido en mi cocina de inducción en la posición 6.

Al principio se hundirán y tocan el fondo, si lleváis mucho rato con la sartén puesta es probable que se tuesten en el contacto con el fondo, lo mejor es evitar que toquen el fondo, pasado un minuto flotan y simplemente tenemos que tener la precaución de darles la vuelta.


Dejamos reposar sobre papel de cocina, para que absorba el exceso de grasa.


Rebozamos en azúcar blanquilla mezclado con un poco de canela, en nuestro caso, que no teníamos azúcar normal, las hemos rebozado en azúcar glass, el problema que el azúcar glass se absorbe enseguida, con lo que no es lo mejor. Mejor rebozar en azúcar normal.

Y el resultado, pues tradicional, que es lo que esperábamos, quizá en nuestro caso hemos detectado el fallo de la leche, por eso a partir de ahora la eliminamos. Pero lo dicho, una receta para repetir año tras año.

Saludos.


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